lunes, 15 de junio de 2015

LITERATURA : VIDA RETIRADA DE JORGE ANDRADE

CON LA AVENTURA DE ESCRIBIR

Jorge Andrade es escritor, narrador y ensayista y actualmente editó su novela Vida retirada que trata de una guerra entre dos comunidades y donde el protagonista es lo insólito que sucede. El autor dialogó con Baldosas Flojas y nos contó cómo se acercó a la literatura, los libros que lo marcaron y lo que puede generar la escritura.

Dos comunidades viven en el subsuelo de París. Son los “exiliados” y los “clochards”. Los primeros han abandonado por voluntad propia los placeres y las angustias del mundo exterior, para llevar una vida austera y disfrutar de la paz de una convivencia respetuosa y tolerante con sus iguales. Los “clochards”, por el contrario, han sido expulsados contra su voluntad de la vida de la superficie y anhelan el momento del regreso. Mientras tanto, reproducen en los túneles de las cloacas parisinas los vicios de la vida mundana: el anhelo de poder y riqueza, el engaño naturalizado como modo de relacionarse con el otro, la explotación del más débil. La contienda entre ambos grupos da lugar a una batalla que sorprende, incluso, a un lector que ya se ha familiarizado con lo insólito.
Bajo esta trama trata la nueva novela de Jorge Andrade que se llama Vida retirada, el escritor dialogó con Baldosas Flojas sobre los libros que lo marcaron, el público, la tecnología y cómo la literatura puede llegar a los adolescentes.
¿Cómo llegó a la literatura?
Estudié ciencias económicas y me di cuenta de que el abordaje sesgado de la ciencia no me servía para contestar las preguntas que me planteaba la vida. Necesitaba una aproximación a la realidad más abarcadora y comprendí que el camino para mí era el arte. Hubiera querido ser pintor, pero con pocas aptitudes para las artes plásticas me incliné naturalmente por la literatura.Digo “naturalmente” porque mi padre había reunido una importante biblioteca a la que mi hermana y yo teníamos acceso irrestricto, sin censura previa,y fue el ejemplo del libro en las manos de mis padres y mis propias lecturas los que me dotaron de las primeras herramientas para intentar la aventura de escribir.
¿Qué libros lo marcaron e influyeron en su vida?
Son muchas las lecturas importantes y han dependido de las épocas de mi vida. Entre los argentinos aprecio en particular a Horacio Quiroga. También me interesaron en su momento algunas de la novelas del llamado “boom latinoamericano”. Durante un tiempo leí literatura norteamericana, de la que valoro su economía de lenguaje y su enfoque cinematográfico de las situaciones literarias.Leí atentamente a Kafka, me entusiasmó Maupassant y particularmente Proust. Pero si tuviera que elegir dos autores esenciales, esos cuyos libros me llevaría conmigo a una isla desierta, debo decir sin lugar a dudas que esos son Cervantes y Shakespeare.



¿Cómo definiría Vida retirada?
Una novela de la vida. Una novela que concentra en un microclima, en un espacio cerrado, como en un laboratorio, todos los comportamientos humanos, desde el más ruin hasta el más sublime.
¿Se puede alejarse de los lujos ofrecidos y ser tolerante sin tener enemigos?
Por supuesto que es posible alejarse de las seducciones mundanas y que se puede ser tolerante. En cuanto a hacerlo sin por ello ganarse enemigos eso tendrían que responderlo los enemigos. Puede que el egoísmo de algunos llegue a tanto que no sólo quieran poseerlo todo sino que no puedan soportar que alguien no quiera tener nada o se conforme con apenas lo sustancial para la subsistencia. Hay quienes no soportan el espejo que les muestra lo que son por elección propia.
¿El humor es parte importante del relato o del gancho con el lector?
El humor es parte fundamental del relato y de la vida. Desde luego que puede haber literatura sin humor y que se puede vivir sin humor. Pero el humor hace la literatura y la vida más saludables.
¿Cuáles son sus inspiraciones a la hora de escribir y en qué momento lo hace? ¿Es de llevar papel y lápiz por si se le ocurre algo por la calle o viajando?
Las inspiraciones son múltiples en mi caso. Puede ser una vieja idea que se me ocurrió hace años, una escena o una cara que veo en la calle, un perfume, un aire musical, una inflexión de voz particular.
Escribo en todo momento en que puedo hacerlo. No tengo un lugar ni una hora particulares para escribir. Cuando trabajaba ocho horas por día, después de cenar me sentaba a escribir. Desde que, hace muchos años, empecé a trabajar por cuenta propia, trato de reservar para la literatura las horas en que mi cabeza funciona mejor que son las de la mañana y las de la media tarde.
No llevo papel y lápiz pero escribo mentalmente. Durante mis últimas vacaciones de verano vi una escena que fue el disparador para un cuento. Lo escribí en la memoria y, al llegar de regreso a mi casa, lo volqué al papel. Claro está que no se trata de una transcripción mecánica sino creativa, porque durante la transcripción las ideas evolucionan.
¿Se piensa en el lector mientras se va escribiendo?
Yo no pienso en el lector.
¿Cómo cree que se le puede llegar la literatura al adolescente?
El modo ideal de infundir en el adolescente el amor por la lectura es que previamente se haya hecho de él un niño lector. Esa es tarea del hogar. Si el niño no tuvo un ejemplo de padres lectores que le inculcaran el amor por el libro, llegará a la escuela sin una predisposición por la lectura. La educación escolar tendrá un trabajo arduo para salvar ese hándicap que coloca al adolescente en una situación de inferioridad personal y social.
¿En cuánto ayuda y qué perjudica la tecnología en la literatura actual?
Todo depende del uso que se haga de la tecnología. En lo que se refiere estrictamente al libro, tanto como lector cuanto como escritor,creo que la tecnología actual ayuda y no perjudica. Yo leo tanto en papel como en e-book, depende de las circunstancias y de los momentos. Por ejemplo, el libro electrónico es muy práctico para llevar en los viajes. Como escritor el e-book me facilita un alcance que es más difícil de lograr con el libro tradicional. Vida retirada se ha publicado en los dos soportes y, gracias al recurso electrónico, ya está en manos de lectores que viven muy lejos del Buenos Aires donde fue editado.
Otra cosa es si nos enfocamos en el acceso al conocimiento. En este aspecto parece que, si no se toman medidas para revertir sus efectos perniciosos, los medios electrónicos profundizan la brecha entre la clase de los letrados y la de aquéllos que podríamos llamar analfabetos funcionales. La élite al servicio de los grupos de poder, que posee la cultura docta y almacena y procesa el conocimiento letrado, continúa reflexionando alfabéticamente. Ella concibe el proyecto de control de las conciencias y tiende el puente con la cultura popular que recibe en imágenes los datos funcionales al saber y las estructuras dominantes.
¿Cree que a través de un libro se puede generar conciencia o mostrar otras formas de vida?

Que se puede mostrar otras formas de vida no tengo la menor duda. Cada historia que se imagina puede ser una forma particular de entender la vida.En cuanto a generar conciencia, si es eso lo que el autor pretende puede intentarlo. Y a mi modo de ver tiene una sola forma de intentarlo: preguntando. Cuando leía y cuando empecé a escribir en mi juventud yo, en la literatura, buscaba respuestas. Después comprendí que el libro, la literatura, el arte en general no integran un sistema de respuestas sino que enseñan a preguntar y que su fin, en definitiva, es generar en el receptor nuevas preguntas, único camino en la búsqueda de un sentido para la vida.

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